Local de ensayo (II)

Bueno, esto está en marcha y ya no vamos a parar, o eso parece...

Después de haber adecentado el suelo le toca a las paredes. Tranquilos que paredes tenemos, la cosa está en que ahora mismo no es que haya eco, es que puedes hablar con él si quieres, y eso no lo podemos permitir, que da mal rollito e imagina que no le gustan tus temas nuevos.

Después de mirar caras y supertecnológicas soluciones de acondicionamiento acústico, nos hemos decidido por forrar las paredes de lana de roca. Un fantástico material que absorbe el sonido muy bien y que cuando lo manipulas apenas si pica y se mete por todas partes. Pero como es feo y tóxico lo vamos a recubrir de arpillera, que para quien no lo sepa es tela de saco y queda muy de la tierra.

Para empezar necesitábamos una estructura sobre la que colocar la lana de roca así que listoneamos las paredes con la madera más barata que encontramos, que no es ni madera, el DM, que amablemente nos lo cortaron a medida, porque si no nos habría dado algo. La idea viene siendo esta:

Lo que pasa es que después de hacer esto al poner la lana de roca unos paneles encima de otros no aguantaban porque semirrígido quiere decir que aguanta muy poco, en vez de aguanto algo, así que tuvimos que improvisar con los materiales que teníamos a mano, así que después de pensar durante un rato se nos ocurrió esto:

Con un poco de madera se soluciona todo, y además queda muy cómico cuando lo pones, aquí los obreros

Pero aguanta que es lo que nos interesaba. Después de panelarlo con la lana de roca y cubrirlo con la arpillera a dos colores porque ese día estábamos creativos... el resultado viene siendo parecido a esto:

Así que ahora tenemos unos días por delante de tela y grapa. Eso sí, las paredes que ya están recubiertas son más secas (en sonido) que el desierto de mojave. Oh, yeah!